Crónica de mi primer congreso y asamblea de la AEAT

María Contreras nos relata las vivencias que tuvimos durante el viaje que algunos hicimos el pasado mes de marzo al XIII Congreso de la AEAT.


6:00 a.m los valencianos estábamos a punto de comenzar el gran viaje que nos esperaba. Los pasados 24 y 25 de marzo pudimos participar en el XIII Congreso de la AEAT en Getafe, Madrid, lo que sirvió para encontrarnos con compañeros aikidokas de toda España y dónde impartieron clase Rafael Regaño (7º Dan), Hélène Gauriau (5º Dan) y Jesús Herrero (5º Dan).
Como bien he dicho, comenzamos el viaje de 4 horitas que teníamos por delante. El trayecto, al menos a mi, se hizo bastante corto, tal vez debido al sueño que llevábamos o a las interesantes conversaciones que mantuvimos durante el viaje. Después de un rato en carretera decidimos tomar un pequeño descanso y llenar el estómago para estar bien despiertos en lo que quedaba de camino. Una vez pasados unos maravillosos paisajes de almendros en flor, divisamos señales que nos advertían de los amenazantes y conocidos badenes de Getafe, nuestro destino estaba cada vez más cerca.
Por fin ya en el recibidor de la residencia, dónde nos alojamos, había algunas caras conocidas. Afectuosos abrazos y gran alegría al encontrarnos una vez más a personas con las que compartir la experiencia del Aikido. Después de dejar el equipaje en las habitaciones nos preparamos para empezar a practicar. En el tatami, desde luego, el ambiente no podía ser mejor.
El curso se dividió en tres sesiones. La primera clase del sábado por la mañana, debido al gran número de asistentes nos tuvimos que dividir en dos grupos, uno de ellos practicaría aikiken o aikijo y luego Aikido, y el otro grupo al contrario.
Rafa comenzó la primera sesión con la recitación del Norito, que es una oración que O’Sensei solía realizar habitualmente para purificar el espíritu, seguida de la práctica respiratoria. Una vez metidos completamente en el Aikido, Rafa nos mostró varias técnicas y siempre remarcó el papel de la respiración y la coordinación con el resto del cuerpo. Rafa insistió mucho en que el Aikido no busca el enfrentamiento sino la unión de uke y tori, y la fluidez en los movimientos sin parones ni actos costosos y sin utilizar la fuerza. A pesar del reducido espacio para practicar pudimos seguir con las explicaciones de Rafa. Para finalizar aquella mañana asistimos a diversos exámenes de nuestros compañeros aikidokas de otros dojos y vimos la manera en la que cada cuál había preparado las diferentes partes del examen.
Después de una gran comilona y una deseada siesta, tocaba volver al tatami. Hélène comenzó la clase de nuevo con el Norito, la práctica respiratoria y el ejercicio de fusión. Seguidamente Hélène nos mostró una serie de técnicas dónde se hallaban muy presentes la fluidez y el ki. Explicándonos también, de manera muy comprensible, que 'en el Aikido no hay movimientos inútiles, tan solo hay que aprender a hacerlos bien' A mi esas palabras se me quedaron grabadas en la cabeza y espero retenerlas. Y como 'absorber' la energía del universo, el ki, y proyectarla en una técnica. A pesar de ser un clase corta, fue un momento intenso y muy satisfactorio.
Rafa cogió el relevo y junto al resto de componentes de la junta directiva, nos anunciaron los cambios que se habían llevado a cabo, quedando Rafael Regaño como presidente, Fernando Gómez como vicepresidente y vocal, Josep Cónsul como secretario, José Fernando García como tesorero y Guillermo Garde como vocal.
Rafa continuando con la clase nos enseñó nuevas técnicas y a la vez como debíamos seguir por el camino del aikido si esa era nuestra elección y como a la larga podríamos conseguir nuestros objetivos. Después de esa clase vinieron de nuevo exámenes por parte de nuestros compañeros.
Para finalizar aquella sesión, Rafa nos leyó  varias partes de un libro de Morihei Ueshiba "El secreto del Aikido" del cuál ya había hablado en ocasiones anteriores. Esos momentos, como Rafa bien dice, son perfectos para juntarnos todos una vez más, sumergirnos en las palabras de Ueshiba y poder interiorizar algunas ideas, tanto para nuestro Aikido como para nuestra vida en general. Así todos juntos terminamos la clase en perfecta armonía.
Después de una jornada agotadora y llena de emociones llegó la hora de llenar el estómago de nuevo. Tras una noche de bravas, croquetas y las imprescindibles orejas, la cama nos esperaba. No tardamos mucho en dormirnos aunque en la habitación de nuestros compañeros, las carcajadas no faltaron y en el viaje de vuelta se hizo patente la falta de sueño. Por desgracia, debido al cambio de hora dormimos una hora menos, a lo que además hay que añadir una pequeña pelea con las nuevas tecnologías que hizo que nos despertáramos una hora antes de la debida.
El despertador por fin acertó con la hora y bajamos a coger energía. En el comedor de la residencia se encontraban también nuestros compañeros con el mismo apetito que saciar para poder hacer un buen Aikido y después de comentar las anécdotas de la noche anterior fuimos a cambiarnos para ir al tatami.
Rafa comenzó como las sesiones anteriores y después nos dividimos de nuevo. Esta vez para conocer lo que los otros aikidokas estaban haciendo en las otras sesiones fui con Jesús a practicar con el bokken y con el jo. Después de hacer una kata de O'Sensei hicimos unos ejercicios variando el bokken y el jo. Para finalizar la mañana tuve la oportunidad de hacer de uke en una parte del examen de mi maestro (Fernando) lo que me hacía mucha ilusión desde el momento que me lo comentó y a la vez me llenaba de nervios.
Antes de terminar la clase, Rafa dio visto bueno a los exámenes, explicándonos que en el Aikido no hay que darlo todo por sabido sino que hay que estar día a día aprendiendo de las experiencias con las que nos podemos encontrar. También que hay que trabajar en la fusión de uke y tori, cuidando a uke como si de un hijo se tratase y recalcó la importancia del 'ki' en toda la práctica de Aikido.
Rafa nos volvió a juntar para leernos otras partes del libro de Ueshiba, acabando de esta manera unidos. Después de terminar la clase, todo concluyó con la imprescindible sesión de fotos para inmortalizar esos momentos vividos, tras unos emotivos abrazos y despedidas, esperando volver a vernos pronto en otros cursos o reuniones. Desde luego, espero volver a repetir estos días vividos llenos de Aikido y buen rollo, que nunca voy a olvidar. Al ser mi primer congreso, al principio estaba muy nerviosa y esperando vivir todo lo que ello conlleva, sin duda este fin de semana se ha pasado rapidísimo y ha sido una experiencia para el recuerdo.
Después de despedirnos y cargar el equipaje en el coche, partimos de nuevo hacia Valencia. El sueño de la noche anterior se hacía visible y aún más en la hora de la siesta, tras una buen festín para recuperar las energías gastadas. Durante el viaje íbamos compartiendo las experiencias vividas en este fin de semana y bromeando en casi todos los momentos. Llegamos a nuestro destino guiados por la maravillosa voz del GPS, con la sensación de haber pasado unas jornadas encantadoras y por supuesto deseando volver a repetir en próximas ediciones.

Comentarios

  1. Me encanta Maria !! Enhorabuena por la cronica..ya veo que no has olvidado los almendros en flor..jaja

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